Natalia Rivera

Bacteria cloud of clouds es un proyecto de arte y ciencia que investiga, mapea y resguarda la microbiodiversidad encontrada en las nubes de uno de los lugares más lluviosos del mundo, en el Chocó Biogeográfico, en Colombia. El lugar más húmedo del mundo y, con ello, lleno de vida. Nube de bacterias es como usualmente llamamos a parte del microbioma que conforma un organismo vivo, sin embargo estudios en bioprecipitación nos han mostrado que no solo hay bacterias en las nubes sino que estos microorganismos podrían tener un rol importante en los procesos físico-químicos atmosféricos. Las nubes mismas son organismos vivos. 

La instalación combina vapor de agua lluvia y una visualización digital de la información genética del microbioma. Así como guardamos semillas de plantas en bancos para cultivarlas en el futuro, me gustaría crear una semilla digital de vida desde las nubes, como una forma de cuidar y mantener lo que queremos llevar con nosotrxs a los mundos venideros. Una forma de co-crear con otrxs los mundos en los que queremos vivir, sin olvidar que otras relaciones con la vida y la naturaleza ya existen. La idea especulativa de cultivar nubes, cultivar vida a través de las nubes y posibilitar su diversificación con ellas. 

Bacterias Hiperconectadas es una acción colectiva de nuestro proyecto especulativo indisciplinado (de arte y ciencia) para generar una simbiosis entre el internet y las bacterias, que cree otras posibilidades para el Internet de las Bio y Nano Cosas (IoBNT) más allá del discurso extractivista y explotador de la naturaleza, por parte de estas tecnologías en desarrollo. El proyecto explora otras posibles relaciones entre entidades vivas que acojan la naturaleza incontrolable de lo vivo y dejen de lado la interacción humana entre las formas de vida mencionadas.

Basado en el proyecto Naturaleza interconectada – Internet para las bacterias, a través de un esfuerzo colaborativo, dispositivos Bio-IoT mediadores son ubicados en diferentes suelos alrededor del mundo para permitirle a las bacterias intercambiar información basada en señales eléctricas a través de internet. Se trata de una interconexión entre ellas, en la que lxs humanxs no interactúan, no extraen y no se benefician de la información que se comparte.  Con la idea de un día posibilitar que las bacterias lleven a cabo transferencia horizontal de genes a través de de la infraestructura del Internet de las Cosas, esta acción busca empezar a construir la red que le permitiría al superorganismo de las Bacterias Hiperconectadas emerger como una forma indeterminada de vida.  

Las esculturas del proyecto Otras [pequeñas] formas de vida son generadas a partir del gen 16S de las bacterias encontradas durante una investigación colectiva y comunitaria. Usando un programa de diseño paramétrico, el código genético digital obtenido a través de la secuenciación de muestras de suelo se convierte en una versión tridimensional del conocido autómata celular: el juego de la vida. El gen 16S, encargado de identificar a la bacteria, se convierte en semilla para que este juego de vida artificial se encargue de crear la escultura. 

Otras [pequeñas] formas de vida es una expedición para descubrir la microbiodiversidad que habita y conforma tres parques y un humedal de Bogotá. Los grupos de creación comunitaria se encargaron de investigar qué bacterias y hongos están presentes en estos espacios públicos, con técnicas de microbiología, biología molecular y metagenómica, y con procesos artísticos como el dibujo, la fotografía y el modelado generativo de esculturas a partir del código genético. Creada junto al laboratorio de microbiología y biotecnología CorpoGen, como una articulación de metodologías para explorar, pensar y crear colectivamente.

IfB-Fago es un dispositivo mediador casi imposible para la simbiogénesis de un organismo híbrido bio-digital entre bacterias e internet. Un dispositivo para crear una forma extraña de vida, un superorganismo de Bacterias Hiperconectadas. Del mismo modo en que los bacteriófagos median en el proceso de transferencia horizontal de genes entre bacterias, el IfB-Fago permite a las comunidades bacterianas del suelo realizar transferencia horizontal de genes a través de la infraestructura del Internet de las Cosas. Cada fago puede secuenciar el ADN liberado por las bacterias al entorno y transformarlo en información digital para enviarla a la nube, y al mismo tiempo recuperar otros genes de la nube para sintetizarlos y liberarlos al suelo, para que estén disponibles para otras bacterias.

Bi0film.net, nuestro proyecto abierto, exalta la resistencia bacteriana en contraste con el discurso reduccionista de la guerra. Tomamos uno de los íconos del movimiento de Hong Kong, la sombrilla amarilla, y la adaptamos basándonos en un recurso libre creado por Andrew McNeil, para ser usada como una antena parabólica WIFI, que mejora las posibilidades de comunicación descentralizada. Además de cubrir, esconder y proteger a los usuarios, Bi0film.net les ayuda a comunicarse. La sombrilla puede servir como antena para un mini servidor, un repetidor o un router, incrementando el rango, mientras construye una red nómada que acompaña las protestas en las calles. Queremos facilitar la conexión a redes alternativas y al mismo tiempo, reconocer la importancia de buscar autonomía en nuestras tecnologías de comunicación. Una necesidad que se ha hecho cada vez más evidente en las diferentes protestas, debido al uso de la censura en internet como una herramienta de represión de parte de los regímenes autoritarios.

Resistance es un experimento artístico diseñado para visualizar y estudiar cómo la aleatoriedad, la indeterminación y los grados de libertad superan el control en un encuentro entre bacterias y antibióticos. Contrario a la narrativa dominante sobre el sistema inmunitario, presentado como un campo de batalla, queremos discutir la inmunología y la microbiopolítica dentro de nuestro cuerpo en un nuevo contexto.

Nuestro experimento establece un escenario similar a una ciudad en un laboratorio de microbiología, para crear una analogía con las protestas en curso en todo el mundo que también fueron interrumpidas por la crisis del Corona virus. Los humanos actúan como observadores a través de cámaras de transmisión en directo a diferentes escalas (micro-macro), y su participación se relaciona directamente con la adición de antibióticos al agar. Como se ha demostrado en otros experimentos, esperamos que las bacterias muten constantemente para resistir la creciente cantidad de antibióticos en el medio.

Estas ideas se relacionan con la «reinvención de la naturaleza» de Haraway, donde explora cómo el cuerpo humano ha sido desnaturalizado e imaginado como un campo de estrategia, especialmente con el colonialismo y la dominación. Sin embargo, además de esta narrativa militar, es necesario reinterpretar los sorprendentes comportamientos y mecanismos de las bacterias y otros microorganismos para actuar como comunidad, así como nuestras organizaciones humanas no jerárquicas para resistir.

Cacofonía silenciosa es una instalación sonora que conecta la idea de indeterminación con la coexistencia de sonidos audibles, presentando el dinamismo dentro del vacío con membranas vibrantes y generando un paisaje sonoro, principalmente silencioso, de las posibilidades. Los observadores pueden ver cómo vibran las membranas, pero no pueden escuchar. Para permitir que se oigan algunos sonidos, es decir, que algunas posibilidades se hagan realidad, la instalación encenderá y apagará el vacío mientras reproduce aleatoriamente una frecuencia única.

La exploración de «Concretely Unimaginable» en la New Media Class de la UdK me llevó a algunas ideas de la física cuántica y se centró en el concepto de indeterminación, basado en un bello texto de la física y filósofa Karen Barad titulado: ¿Cuál es la medida de la nada? En sus reflexiones, presenta lo difícil que nos resulta entender/imaginar el concepto de vacío y cómo la física cuántica nos demostró que el vacío, la nada, es en realidad al mismo tiempo el infinito.

La indeterminación, la coexistencia de todas las posibilidades siendo-no siendo simultáneamente, como la naturaleza misma de la naturaleza, se presenta a través de una «silenciosa cacofonía de todos los sonidos».

Destilador del “Yo” es una escultura interactiva que crea un dialogo con el participante, desde un punto de vista científico, acerca de su propia percepción del concepto de alma. Usando una aplicación móvil, la obra lee el ritmo cardiaco de la persona y lo representa inicialmente en una animación en la pantalla del celular y posteriormente como una luz palpitante dentro de la escultura de vidrio. El dialogo toma parte a través de la misma aplicación, que dependiendo de las ideas del participante puede destilar la representación de luz y transformarla en una gota de agua que se evapora al caer dentro del Erlenmeyer.

El río San Francisco era tan caudaloso que los pueblos indígenas que habitaban la sabana de Bogotá lo llamaron “Vicachá”, que significa “El Resplandor de la Noche”. Sus aguas recorrían lo que hoy es el centro de Bogotá, ahora, casi inexistentes, son las de la fuente de Las Aguas. En la carrera séptima se esconde bajo las calles y en la calle 6ta con carrera 13 se une al río San Agustín saliendo a flote nuevamente unas calles más adelante como el Canal de Los Comuneros. Ambos ríos marcaban los límites norte y sur de la Santafé colonial. ¿Cómo sería nuestra ciudad si la vida se hubiera construido alrededor de los ríos? ¿Se puede hacer la recuperación del centro pensando también en la recuperación de los ríos y, con ellos, la vida y su diversidad?

Agua pasó por aquí es una instalación interactiva de gran escala que se ubica en el recorrido del río por Las Aguas y el actual Bronx D.C. Se trata de una plataforma con ondas de espuma recubiertas que cuenta con sensores de proximidad que activan diferentes grados de iluminación. El material en el que creamos la instalación permite una interacción poco usual en este tipo de intervenciones urbanas, pues los participantes se pueden sumergir, saltar e incluso descansar sobre las olas.